Abríme, Menguilla,
abríme y te daré
botín cerrado
que te repique en el pie.
Por sólo que me abras
y admitas tantito,
te ofrezco un cabrito
con un par de cabras,
y otra palabra
que más te daré
botín cerrado
que te repique en el pie.
Darte he un anillo
que tenga oro y plata,
saya de escarlata,
gorguera y mantillo,
sayuelo amarillo,
y más te daré
botín cerrado
que te repique en el pie.
Darte he dos ovejas
que leche te envíen,
y, para que críen,
dos gallinas,
y, si entrar me dejas,
también te daré
botín cerrado
que te repique en el pie.
Según R. Jammes y Pierre Alzieu, Yvan Lissorgues: Botín cerrado. Cejador señala en nota su « sentido picaresco » claramente indicado por el contexto, y, por si nos quedara alguna duda, confirmado por Correas : « Dar botín zerrado : hazer con muxer >> (Vocabulario, p. 679 b ). Domingo Ynduráin comentó este texto: “Se puede deducir, por algunos textos, que el botín cerrado llevaría un adorno de sonajas, o de cascabeles, pues que repica; así parecen indicarlo estos versos: “… Abrime, Menguilla, / abrime y te daré / botín cerrado / que te repique en el pie”. Según Ynduráin (“Unos versos de Góngora: Brújula, Pinta, Pie, Botín cerrado”), “se puede deducir, por algunos textos, que el botín cerrado llevaría un adorno de sonajas, o de cascabeles, pues que repica”. No obstante, todo lo relacionado con el pie y con el calzado es fácilmente susceptible de esconder un sentido erótico. Too el campo semmántico del zapato y todo lo relacionado con el oficio del zapatero es básico en muchos poemas eróticos de los siglos de oro.
Respecto a la resemantización erótica de “cabras”, remito a José Manuel Pedrosa, “El herrero, las cabrillas y el horno: léxico y simbolismo eróticos en La Lozana Andaluza (XIV) y el Quijote (II:41)”, Criticón, 80, 2000, pp. 49-68.