Entre dos blancas greñas, inclinado,
desnuda del prepucio la cabeza,
los labios fijos en la mayor belleza,
que domina el Machín dios azotado.
El mondonguil timón almidonado,
bruñido el pomo de naturaleza,
asidos los pulpones de terneza,
estaba un joven bello, arrebatado
a la bagasa Venus, ofreciendo
de mondongo reciente un sacrificio,
cocido con bálano badulaque;
tanta copia de lágrimas vertiendo
en aquel devotísimo ejercicio,
que de tanto llorar está hecho un zaque.
(Ms. 3913, fo. 30 v.)
Grevas (y no greñas, como lee equivocadamente Foulché) designa la parte de la armadura que protegía las piernas, y aquí sencillamente las piernas.