Los ojos vueltos, que del negro d[e] ellos
muy poco o casi nada parecía,
y la divina boca helada y fría,
bañados en sudor rostro y cabellos,
las blancas piernas y los brazos bellos,
con que al mozo en mil lazos envolvía,
ya Venus fatigados los tenía,
remisos, sin mostrar vigor en ellos.
Adonis, cuando vio llegado el punto
de echar con dulce fin cosas aparte,
dijo: “No ceses, diosa, anda, señora,
no dejes de mene… “, y no dijo “arte”,
que el aliento y la voz le faltó junto,
y el dulce juego feneció a la hora.
Los ojos vueltos que del negro dellos
muy poco o casi nada parecía,
y la divina boca helada y fría,
bañados en sudor rostro y cabellos;
y aquellas blancas piernas, brazos bellos,
con que al mozo en mil lazos envolvia,
ya Venus fatigados los tenia,
remisos sin mostrar vigor en ellos;
Adonis quando vio llegado el punto
de echar con dulce fin cosas aparte,
dijo: “No ceses, diosa; anda, señora,
no dejes de mene…” y no dijo “…arte”
porque la fuerza y voz le faltó junto,
y cual Venus quedarse vio a deshora.
Forma parte del Jardín de Venus.
Otras fuentes de este texto, según BIPA (Philobiblon):
– Roma. Biblioteca della Accademia dei Lincei. Ms. Corsini, n. 970, ff. 165v-166r.
– Rávena. Classense. Ms. 263.
– Florencia. Biblioteca Nazionale. Ms. Magliabechiano, VII-354.
– Madrid. Biblioteca Nacional de España. Ms. 3168.
– Évora. Biblioteca Pública e Arquivo Distrital, CXIV/1-3.
– Madrid. Biblioteca Nacional de España. Ms. 3915.