Perejil y culantro seco.
Dóminos teco.
Galán Dígame, galana hermosa.
Dama ¿Qué quiere, galán gentil?
Galán En su huerta, ¿hay perejil,
y culantro y otra cosa?
Dígolo por si es curiosa
en plantar y trasplantar,
que le podría yo dar
otras raíces en trueco.
Dama Dóminos teco.
Galan ¡Oh, quién fuera su hortelano!
Dama Cuando lo fuera, ¿qué había?
Galán No dejara en todo el día
el azadón de la mano.
Dama Perdiendo se va temprano.
Galán Gana quien por vos se pierde,
pues conservará lo verde
y remojará lo seco.
Dama Dóminos teco.
Galán Dadme licencia que os tome
del perejil un poquito,
porque sé que es apetito
con que la carne se come.
Dama Y pues ¿de qué se carcome?
Galán Tengo acá una ansia encubierta
y es de regalle la huerta,
y perdóneme si peco.
Dama Dóminos teco.
Adelante hay huertas mil.
Galán Pero en ninguna hay remedio.
Dama Pues, ¿cuál ha de ser el medio?
Galán El del vuestro perejil.
Dama No es de precio tan civil
como el que dan en la plaza.
Galán Pues dádmelo por mostaza,
iráse trueco por trueco.
Dama Dóminos teco.
Galán De su huerta, si quisiere,
déme un poco de chicoria,
que aquí tengo una azanoria
para lo que le cumpliere;
y si bien no le supiere,
yo le daré otra verdura.
Dama Galán canta por natura,
y resuena mucho el eco.
Dóminos teco.
Galán, no me pida nada,
que todo lo he ya vendido.
Galán Señora, mastuerzo os pido
y una poca de ensalada.
Dama Debía de estar preñada
pues que tiene estos antojos.
Guarde, galán de mis ojos,
no le anden por lo hueco.
Dóminos teco.
Señor, venga a la mañana,
que hace tiempo más frío,
y cogerá con rocío
o que le diere más gana.
Galán Aquesa fruta temprana
no la suelo cultivar.
Dama Pues vaya sin más tardar
a que le cape Barrueco.
Dóminos teco.
“Prometió mi madre de no me dar marido, hasta ke el perexil estuviese nazido.” (Correas)