Casadilla, pues tanto me cuestas,
tómame a cuestas.
–No temas, que no hay de qué,
Teresa, que te prometo
que no peso cuando aprieto,
que yo me sustentaré:
acaba ya, tómame,
no me des muchas de estas.
Tómame a cuestas.
–No me quieras deshonrar
ni en pedirlo te desveles,
que vienes con cascabeles
y forzoso han de sonar.
–Yo te los porné en lugar
do no suenen y hagan fiesta.
Tómame a cuestas.
Hazlo, si quieres, Teresa:
por si una vez lo haces
y de mí te satisfaces,
querrás muchas más apriesa,
Apuesta que no te pesa,
y que te picas si apuestas.
Tómame a cuestas.
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