Sángrese de la vena de Cupido
quien quisiere vivir a sus anchuras,
pagando más barato las hechuras
quel desdichado nadador de Abido.
Maldiga Dios un necio tan garrido
que por encrucijadas mal seguras,
gastando como dicen herraduras,
se quiere dar a reinas del partido.
Yo soy aquel que con poquitas trama
mi gusto satisfago sin billetes,
búrlome de terceras casi brujas.
Tal vez doy en fregonas, tal en damas,
también me quedo en sotas. como en sietes,
que todas tienen ojos como agujas.
Deja tu comentario