No sois, aunque en edad de cuatro sietes,
María de Vergara, ya primera.
Dad gracias al Amor, que sois tercera
de gorras, de capillas, de bonetes
Los tocados, las galas, los sainetes,
use de ellos de hoy más vuestra heredera,
vuestra sobrina, cara de contera,
pechos de tordo, piernas de pebetes.
Pues de oficio mudáis, mudad vestido,
y tratad de enjaular otro canario
que le cante a la granja en vuestro nido.
Y porque no se enoje fray Hilario,
véngala a visitar, que a lo que he oído,
digno es de su Merced el Mercenario.
Deja tu comentario