Cornudo, cornudillo, cornudete,
pues eres hembra en obra y en palabra,
Llámate doña Flor o doña Cabra,
y déjale a un doctor el Alderete.
Si te topare alguno, don Bufete,
abra el ojo, que hiere y descalabra
El cuerno agudo que te adorna y labra
desde la planta infame al vil copete.
Eres de los cornudos quinta esencia,
ladrón, gallina, infame y deslenguado,
insufrible, malquisto e insolente.
Pues no temes a Dios ni a tu conciencia,
como a peste te saquen de poblado;
y quien lo contradice es puto y miente.
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