A Venus
Ella, la bien casada y mal contenta,
harta de encornudar a su marido,
por vida de los rufos que ha tenido,
que tenga con su hijo mejor cuenta.
Óigame, enhoramala, no sea exenta;
basta la puta vida que ha vivido;
no quiera por tenerle mal regido
que les hagan a entrambos una afrenta.
A fe que, si me anda en esa loza,
de la causar por hechicera y puta,
y de otros mil enredos en que anda,
pondránle en la cabeza una coroza
en pago de su vida disoluta,
y menearle han esa vianda.
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