Por no comer la carne sodomita
de estos malditos miembros luteranos,
se morirán de hambre los gusanos,
que aborrecen vianda tan maldita.
No hay que tratar de cruz y agua bendita:
eso se gaste en almas de cristianos.
Pasen sobre ella, brujos, los gitanos;
vengan coroza y trochos, risa y grita.
Estos los güesos son de aquella vieja
que dio a los hombres en la bolsa guerra,
y paz a los cabrones en el rabo.
Llámase, con perdón de toda oreja,
la madre Muñatones de la Sierra,
pintada a penca, combatida a nabo.
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