A un puto, sin más ni más,
prendieron por delincuente,
no por culpas de presente,
sino por culpas de atrás.
Juzga su prisión antojo
y que está sin culpa preso,
pero yo sé que el proceso
está que le llena el ojo.
El juzga que es niñerí[a]
y que el Rey le ha de librar,
porque supo pelear
en lo de Fuenterrabía.
A ratos, cuando quiere él
mostrar sus habilidades,
se ve que en sus mocedades
fue muy diestro en el rabel.
No tiene esta gracia sola,
que en guitarra es eminente,
y, por si salta la puente,
anda siempre con la cola.
Si el juez le quisiere librar,
no hay razón por do no pueda,
puesto que ya no le queda
el rabo por desollar.
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