Alma mía, entre quedo,
que me estoy muriendo de miedo.
De miedo muriendo estoy,
no hay paso que asiente llano;
sí queréis ver cómo voy,
llegáme al rostro la mano;
que tengo un tío villano
de las Asturias de Oviedo…
y entre muy quedo,
que me estoy muriendo de miedo.
Entre paso y tenga cuenta
cómo no sea sentido,
que lo menos que se sienta
soy perdida y él perdido;
y pues que le he concedido
lo que él quiere y yo puedo,
entre muy quedo,
que me estoy muriendo de miedo.
Cuando fuéredes entrando
y a mis espaldas siguiendo,
íos un poco detiniendo,
no nos estén escuchando;
y si veis qu[e] están callando
camina contento y ledo,
y entrá muy quedo,
que me estoy muriendo de miedo.
Nunca de amor entendí
que tan grande ánimo daba,
ni que las almas robaba
y las llevaba tras sí.
Menos entendí de mí
poder hacer tal enredo…
Y entre muy quedo,
que me estoy muriendo de miedo.
Deja tu comentario