Amaina el toldo, pálida podenca,
que bien conozco el galgo que te tumba,
y sé que el pozairón se te derrumba
del continuo escanciar a la flamenca.
Lava esas piernas, salpicada penca,
y el morterazo en que te das cachumba,
do se dicen responsos como en tumba,
que ya el clero te toma por mostrenca.
Deja el pausado hablar por alambique,
y la ufanía de gallina clueca,
y ese follón repulgo de hogaza,
que pues tu roto barco se va a pique,
guardo mi hacho para mejor chueca,
y para mejor mula mi almohaza.
Deja tu comentario