Antes que alguna caja luterana
convierta a Hernandico en mochilero,
y antes que algún abad y ballestero
le de algún saetazo a Sebastiana,
procuradles, hoy antes que mañana,
como padre cristiano y caballero,
a la una un seráfico mortero,
a la otra domínica campana.
Si os faltare la casa de los locos,
no os faltará Aguilar, a cuyo canto
salta Pan, Venus baila, y Baco entona.
Él se aprovechará de vuestros cocos,
de su rabazo vos, que es todo cuanto
se pueden dar un galgo y una mona.
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