─¡Salid de mi casa*!
─No puedo, señora.
─¡Salid, en mal hora!
Salí, pues entraste
de fuerza, y de hecho,
mis puertas* raspaste
por darme despecho.
─Yo entré por derecho
y en él estoy ahora.
─¡Salid, en mal hora!
─La casa es caliente
y yo muero de frío,
salir al presente
será desvarío.
─De aqueso me río.
─Y el huésped* ya llora*.
─¡Salid, en mal hora!
Dejaos de razones
y de porfiar.
─Señora, a empujones*
no me habéis dejar.
─¿Queréis acabar*?
─Ya acabo señora.
─¡Salid, en mal hora!
─Estoy tan cautivo
que no saldré, cierto.
─Si no salís vivo,
saldréis de aquí muerto.
─Haréisme así tuerto,
sin duda, señora.
─¡Salid, en mal hora!
Decid, enemigo,
decid ¿cómo entrastes?
─Entré, que el postigo*
abierto dejastes,
y aunque le apretastes,
entréme a deshora.
─¡Salid, en mal hora!
─Yo, en buena entré,
y estoy en la sala*,
y así, si saldré,
será en hora mala.
─¡Dios os dé hora mala!
─Qué mala, señora.
─¡Salid, en mal hora!
─No puedo salir.
¿Queréisme matar?
─¡Querría reír!
─Yo quiero llorar.
─¿Queréis acabar?
─Ya acabó señora.
─¡Salid, en mal hora!
─¿Por qué así tratáis
al triste cuitado?
Que vos le matáis*
de alegre y penado,
doleos del cansado,
mira que ya llora.
─¡Salid, en mal hora!
─Ya quiero salir,
pues así me echáis.
─Tornad a venir,
señor, no salgáis.
─Decid, ¿no me echáis?
─Échoos, mas no ahora.
¡Entrad* ya, en mal hora!
─¡Ved cómo concierta
lo desconcertado!
─La puerta está abierta.
─Yo a ella he llegado,
y entrar excusado
será por ahora.
─¡Entrad ya, en mal hora!
Entrad, que os atiende
la puerta muy ancha,
que el ruin más se extiende*
con ruegos, y ensancha.
─Señora, esa mancha
saldrá, mas no ahora.
─¡Entrad, en mal hora!
─Como la salida
me ha sido forzada
así es, por mi vida,
señora, la entrada,
que será excusada
aunque quiera ahora.
─¡Entrad, en mal hora!
─Mandad, perdonar,
señora, por Dios,
pues no puedo entrar
mandándolo vos,
que salgo con tos,
sentirme han ahora.
─¡Entrad, ya, en mal hora!
─Mi gloria es incierta,
y mi salvación,
pues ancha es la puerta
de vuestro mesón*
por vuestra razón,
que es poca do mora.
¡Y andad, en mal hora!
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