Canta, Jorgico, canta

Canta, Jorgico, canta.
— No quere canta.

— Canta, Jorge, por tu fe
y verás que te daré
una argolla para el pie
y otra para la garganta.
— No quere canta.

—¿Cómo cantaré, señora,
pues que mi corazón llora
y en vos tal crueldad mora
que me aborrece y espanta?
No quere canta.

— Canta, Jorge, no te espantes
y sirve mejor que d’antes:
aunque ves que trayo guantes,
a quien Dios quiere levanta.
— No quere canta.

No puedo cantar, ¡cativo!,
que soy más muerto que vivo
de vuestro amor tan esquivo:
si os hablo, haceisos santa.
No quere canta.

— Jorgico, no desesperes:
mal conoces las mujeres,
cuando bien las conocieres
tu pasión no será tanta.
— No quere canta.

¿Cómo cantaré ¡cuitado!
viéndome tan lastimado
y de vos tan apartado
que de pensallo me espanta?
No quere canta.

— Canta, Jorge, por tu vida,
que ya me tienes vencida
pues me ves apercebida
y tener voluntad tanta.
— No quere canta.

Decís que sois ya vencida
y que estáis apercebida:
dad, señora, la salida,
pues tenéis libertad tanta.
No quere canta.

— Jorge, ven a mi posada
y hallarme has acostada
en la cama perfumada
y meterte has so la manta.
— No quere canta.

— Jorgico, tenme creído
que si cumples tal partido,
tu mejores el vestido
gozando de gloria tanta.
— No quere canta.

Yo fui siempre ballestero
y en mi tierra molinero:
tiro y muelo tan certero,
que quien me gusta se espanta.
No quere canta.

— Jorgico, si bien cantares
quitándome los pesares,
haré cuanto me mandares,
aunque ves perfección tanta.
— No quere canta.

Tengo en moler tal tino
y ando tan bien el camino,
que jamás no desatino
de Medina a Salamanca.
No quere canta.

— Canta, Jorge, por tu vida.
¿porqué m’has aborrecida
agora que m’has vencida?
¿Qué es la causa que te espanta?
— No quere canta.

No me espanta tu figura
que mi pena me asegura;
mas no es mia la ventura
ni merezco gloria tanta.
No quere canta.

— Jorge, no seas grosero,
pues que ves cuánto te quiero:
con puro amor verdadero
en mi tu vista se planta.
— No quere canta.

En el tiempo que he servido
nunca me habéis conocido:
de cantar sin ser querido
tengo seca la garganta.
No quere canta.

— Yo creo que estás sin seso
o que estás de amor compreso:
tienes mi corazón preso
desde el culo a la garganta.
— No quere canta.

— Jorge, si vienes aina,
matarte he una gallina
y sorberás la cocina
que te ablande la garganta.
— No quere canta.

— Jorge, antes de acostar
te daré bien a cenar
de un capón que tengo a asar
con un racimo de planta.
— No quere canta.

— Jorgico, con tu canción,
detrás aquel pabellón,
matarme has la comezón
cubiertos con una manta.
— No quere canta.

— Jorge, de que hayas cantado,
si de mí fueres pagado,
quedaré a tu mandato
con una voluntad tanta.
— No quere canta.

—Canta, Jorge, por tu fe
y luego te quitaré
el hierro que traes al pie
y el argolla de la garganta.
— No quere canta.

Si placer quieres hacerme
y a tu servicio tenerme,
esto quieras concederme
pues es tu nobleza tanta,
— No quere canta.

— Canta, si quiés, sin demora
y ternásme por señora,
que tu cantar me enamora,
la tu crueza me espanta.
— No quere canta.

— Canta, no seas cruel:
si no, guárdate de aquel
que dicen buja-hamél
que a tu linaje espanta.
— No quere canta.

— Canta, si quieres cantar
aquel cantar singular
que decías n’el olivar
cuando plantabas la planta.
— No quere canta.

—Canta, yo te lo suplico.
aquel nuevo cantarcico
que dicen del romerico,
que mis días adelanta.
— No quere canta.

Señora, yo cantaré;
mas primero me veré
con vos allí donde sé
libertar mi pena tanta.
No quere canta.

Y allí veréis mi cantar
tan perfeto y singular,
que no lo pueda tachar
Mambrilla que lo levanta.
No quere canta.

— Jorgico, pierde cuidado,
que, según me has namorado,
esto y más haré de grado,
aunque sepa quedar manca.
— No quere canta.

Señora, no hagáis temor,
que yo soy tal cantador,
que cuando pierdo el tenor
lo cobro con mi garganta.
No quere canta.

Sé cantar con mil primores
tiples, contras y tenores,
que más de veinte cantores
me codician la garganta.
No quere canta.

— ¡Landre te mate, malino!
Que con tus dichos me fino,
que, aunque de color mohíno,
la plática tienes blanca.
— No quere canta.

— Porque cantas tan donoso,
de este mi cuerpo gracioso
te sirve, mientra mi esposo
viene de la tierra santa.
— Ya quiere canta.

2018-09-12T11:36:30+00:00

Deja tu comentario

Centro de preferencias de privacidad

Estrictamente necesarias

Cookies necesarias para el correcto funcionamiento de nuestra web. Por ejemplo, necesitamos que unas cookies estrictamente necesarias estén habilitadas con el objetivo de guardar tus preferencias sobre el uso de cookies. Si deshabilitas esta cookie, no podremos guardar tus preferencias. Esto quiere decir que cada vez que visites nuestra web, tendrás que volver a habilitar o deshabilitar las cookies otra vez.

wordpress_test_cookie, gdpr[allowed_cookies] gdpr[consent_types], fusionredux_current_tab, CONSENT

Estadísticas y análisis

Cookies de análisis de terceros. Estas cookies son generadas por Google Analytics. Google almacena la informacion recogida por las cookies en servidores ubicados en Estados Unidos, cumpliendo con la legislación Europea en cuanto a protección de datos personales y se compromete a no compartirla con terceros, excepto cuando la ley le obligue a ello o sea necesario para el funcionamiento del sistema. Google no asocia su direccion IP con ninguna otra información que tenga.

_ga

Analytics

Other