El diablo sois, que no zorra,
la Catalinorra;
el diablo sois,que no zorra
Orilla el río,
al salir del sol,
vide un caracol
temblando de frío;
tomó luego brío
y entró en la mazmorra
de la Catalinorra.
Las mozuelas tiernas
se huelgan con él,
porque es como miel
cuajada en almendras;
y en medio las piernas
le hacen que corra
a la Catalinorra.
Y cuando ha corrido,
queda desmayado,
el color quebrado,
fuera de sentido;
mas si torna al nido,
se le alza la porra
con la Catalinorra.
Tiene dos soldados
que sirven de fuerte;
líbranle de muerte
si están enojados;
son muy bien criados
de palabra y gorra
con la Catalinorra.
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