En un muy santo templo, un hombre honrado,
con grande devoción, rezando estaba,
los ojos fuentes hechos, que enviaba[n]
mil suspiros de pecho apasionado.
con grande devoción, rezando estaba,
los ojos fuentes hechos, que enviaba[n]
mil suspiros de pecho apasionado.
Después que por gran rato hubo rezado
las religiosas cuentas que llevaba,
con ellas, el buen hombre se tocaba
los ojos, boca, sienes y costado.
las religiosas cuentas que llevaba,
con ellas, el buen hombre se tocaba
los ojos, boca, sienes y costado.
Crecía la devoción; y pretendiendo
besar el suelo, porque él entendía
que la humildad mayor allí se encierra,
besar el suelo, porque él entendía
que la humildad mayor allí se encierra,
lugar pide a una vieja. Ella volviendo,
el salvohonor le muestra, y le decía:
"Besadme aquí, señor, qué todo es tierra".
el salvohonor le muestra, y le decía:
"Besadme aquí, señor, qué todo es tierra".
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