Hermosura y discritión
reinaron en vos en vano,
pues tenéis la condición
del perro del hortelano.
Parésceme cosa injusta
ser tan esquiva y extraña
en cosa que, a vos, no os daña
y a todo el mundo da gusto.
Y pues tenéis en la mano
tan buen tiempo y ocasión,
no tengáis la condición
del perro del hortelano.
Mostraos afable y amorosa,
no hagáis de la retirada,
que vos lo hacéis de honrada
y os tendrán por melindrosa.
Daos a la conversación
con un trato más humano,
y no tengáis la condición
del perro del hortelano.
Dejad, así os guarde Dios,
que vuestra voluntad tuerza,
y dejad comer la berza
pues que no la coméis vos.
Porque así, tarde o temprano,
os pesará con razón,
pues tenéis la condición
del perro del hortelano.
Deja tu comentario