Lo menos bello y más apetecido,
lo más oculto y menos ignorado,
aquello a que el deseo aspira osado
e invisible es gozándolo el sentido:
aquel coral, aquel rubí partido,
aquel no sé qué hermoso imaginado,
aquello que, a la fuerza contrastado,
a sangre rompe el gusto más rendido:
por lo que muere el hombre y nace el hombre,
lo que trueca las ansias en placeres
por quien pierde la fama su renombre;
que imitando a la Luna, si lo infieres,
tienes meses y días sin que asombre
el paréntesis es de las mujeres.
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