– Marcio, recuerda presto, presto acaba,
enseñárete como mi Filena,
de amor, de gozo, y de contento llena,
a mi enemigo Lauro se entregaba.
Que le adora y me olvida le juraba.
¡Ah ingrata, esta es la fe! Rabio de pena.
otra vez en sus brazos se encadena!
¡Hay libertad más enojosa y brava!
– Gaseno, loco estás, de ti me espanto
un leve sueño ansí te causa enojos;
refrena, amigo, tu furor terrible.
– Si aqueste es sueño y me congoja tanto,
primero muera que lo vean mis ojos,
por no pasar por mal tan insufrible.
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