Mire que le digo…
no te digo nada.
Quíteseme allá,
mire que me enfada.
Mire que le digo
no le digo tanto;
cierto que me espanto
de verle conmigo;
esté quedo, digo,
que vengo cansada.
Quíteseme allá,
mire que me enfada.
Quite allá la mano,
mire que esté quedo;
vergüenza ni miedo
no hay en él, hermano,
ni es del todo sano;
no me diga nada.
Quíteseme allá,
mire que me enfada.
¡Jésús!, ¿qué ha pensado,
porque le llamé?
Nunca imaginé
que era tan osado,
¿Hase contentado,
que estoy destocada?
Quíteseme allá,
mire que me enfada.
No sea travieso,
deje la gorguera;
a fe, si hace eso,
que me salgo afuera,
¿Pensaba que yo era
tan desvergonzada?
Quíteseme allá,
mire que me enfada.
Mire que le digo
y ¿qué está haciendo?
Estoyme muriendo
y él reírse conmigo,
Esme Dios testigo
que estoy enojada.
Quíteseme allá,
mire que me enfada.
Cierto que no creo
que él está en su seso.
¿Fáltale ahora eso?
Deje mi manteo,
sepa que deseo
ser de él escapada.
Quíteseme allá,
mire que me enfada.
¿Ya había pensado
que porque caí
yo, y él sobre mí,
lo tenía acabado?
Pues está engañado,
que no ha de hacer nada.
Quíteseme allá,
mire que me enfada.
No quiero estar queda
por más que me bese,
y aunque le repese
no quiero que pueda.
(No digo cuál queda
la dama cansada).
Quíteseme allá,
míre que me enfada.
¡Perdida de mí,
alzarme querría!
¡Ay, por vida mía,
no me trate así!
Bien me defendí
no aprovecha nada;
Quíteseme allá,
mire que me enfada.
¡Ay, mal haya él,
que así me ha cansado,
y quien le ha enseñado
hablar con tanta miel! (sic)
Pensé que era hiel
y halléme burlada.
Llégueseme acá,
que ya no me enfada.
Cierto si supiera
que era tan buen potro,
que antes le llamara
que llamar a otro.
Tiene gran quillotro,
no le digo nada
llégueseme acá,
que ya no me enfada.
Pues más no he podido
hacer de lo hecho,
ése es su derecho
pues que me ha vencido
mi alma y sentido
me tiene ocupada
llégueseme acá,
que ya no me enfada.
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