Mujer, aunque sintáis lo que yo quiero,
de agora para siempre os amonesto
que no os pongáis a punto tan presto,
ni luego me metáis en el sendero.
Dejádmelo buscar a mí primero;
haced como que vos no dais en esto;
hasta que, como a hombre más molesto,
me dais entrada con semblante ledo.
Si vos de mí sois luego sujetada,
piérdese la mitad de todo el gusto;
no sabe mucho lo que poco cuesta,
y aquello que a las veces a la entrada,
y como dicen, viene justo,
entra más flojo que madeja en cesto.
[Fuente: BNE, Ms. 3915, f. 2]
_____
Mujer aunque sintáis lo que yo quiero,
desde agora para siempre os amonesto
que no os pongáis a punto tan de presto,
ni luego me metáis por el sendero.
Déjamelo buscar a mí primero,
y hace como que no dáis en esto,
hasta que como a hombre muy molesto
me déis la entrada con sembrante fiero.
Si vos sois de mi luego sujeta,
piérdese la mitad de todo el gusto
y no sabe tanto lo que poco cuesta.
Y aquellos que otras veces a la entrada
se aprieta y como dicen viene justo
entra más flojo que madeja encolada.
[Fuente: Roma. Biblioteca della Accademia dei Lincei. Ms. Corsini n. 970, ff. 179v-180r]
Otras fuentes, según BIPA (Philobiblon):
– Florencia. Biblioteca Nazionale. Ms. Magliabechiano, VII-354, ff. 251-251v.
– Madrid. Biblioteca Nacional de España. Ms. 22028, f. 26.
– Rávena. Classense. Ms. 263, f. 121v.