Paréceme, señora Catalina,
que buscar este virgo es escusado,
que mi pobre rocín de muy cansado
menos le halla cuanto mas camina.
Todo el lago y ribera convecina
lo tiene ya medido y rodeado,
y al fin procura de escaparse a nado
por no ahogarse en la espaciosa mina.
¿De qué sirve el venderse por doncella,
si se ha de descubrir tan facilmente
de la trama cubierta el desengaño?
Allá, dama, essa flor podéis vendella
entre cobarde y temerosa gente,
que un buen carajo no recibe engaño.
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