Piernas blancas y gruesas, pies pequeños,
cabellos negros, labios encarnados,
mejillas rojas, ojos agraciados,
pechos de nieve, cual lo son sus dueños,
brazos suaves, dulces y halagüeños,
de tierna y blanca mano acompañados,
ayer tarde por mí fueron mirados,
mas no podré decir si fue entre sueños.
Sí, sueño fue, que a no ser sueño, fuera
dejarlo de gozar y haberlo visto
extraño disparate y gran locura.
Mas, sea sueño o no, en cualquier manera
que yo me vea como ayer, por Cristo,
que tengo de gozar la coyuntura.
Piernas blancas y gruesas, pies pequeños,
cabellos negros, labios encarnados,
mejillas rojas, ojos agraciados,
pecho de nieve cual lo son sus dueños,
brazos suaves, dulces, y alagueños,
de tierna y blanca mano acompañados,
ayer tarde por mi fueron mirados,
mas no podre decir si fue entre sueños.
Si sueño fue, que a no ser sueño, fuera
dejarlo de gozar y auerlo visto
extraño disparate y gran locura.
Mas sea sueño o no, en cualquier manera
que yo me vea como ayer, por Cristo,
que tengo de gozar la coyuntura.
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