Prieto soy, que, tieso y derecho
no me cubre un verdugado.
Ni gusto de andar holgado,
ni menos de andar estrecho.
Bien fácilmente hago pino,
pues con el unto de el riego
anda más fácil el juego,
sin perder jamás el tino.
Lo que importa es mi cabeza,
porque el remate está asido
a un ojo tan escondido
que no hay más guardada pieza.
Cuál es la hembra que lo tiene
peludo por la una parte,
y por la otra de tal arte
que al macho a encajarlo viene?
Porque es muy liso y redondo,
y, aunque de una tercia en largo,
en el macho, a lo más largo,
entra tres dedos de hondo:
allí comienza a vivir,
y a veces no vive un hora,
que tanto del aire llora
que la anticipa el morir.
——
Tengo un miembro largo, liso y duro,
por el un cabo peludo,
por el otro agujereado.
Métolo en una concavidad honda y escura,
y estáse un rato mojando;
y, un cierto licor echando,
me estoy con él un rato holgando.
——
Es de un palmo poco más,
con dos rodillos al cabo;
es cosa de saca y mete:
tómalo por la punta y por el agujero le mete.
—-
Acá vengo a que me lo hagáis:
hacédmelo presto.
Tejedlo con lo colorado,
perfilámelo con lo negro
dadme un golpe más que a los otros,
de lo mío no tengáis duelo.
——
Es largo, derecho,
redondo,
y hace todo su hecho
por la que hay hendidura.
——-
Es largo como un palmo,
tieso cuanto puede ser,
con pelos a la redonda,
y se carga y descarga
en poder de una mujer.
—
Métolo duro y sácolo blando,
cabibermejo y centelleando.
—–
Meto mi largo en vuestro hueco,
y meneo las nalgas al acabar.
——
Acá vengo, vecina,
a meter lo mío en lo vuestro:
si me lo dieseis, haremos de presto.
——-
Barriga con barriga,
métele un palmo de carne.
——
Pelusa por de fuera,
pelusa por de dentro:
alza la pierna y métela dentro.
——
Hazte allá, que yo me haré,
que un palmo que tengo
metértelo he.
——–
De fuego fui hecho:
mi casa, pajiza;
mi comida, longaniza.
——–
Cuerpo de tabla, culo de seda,
y lo que caga come el papa.
—–
Carne nació sin güeso
lo que en la mano tomastes,
y luego se puso tieso.
Espántome mucho de eso,
que una mujer honrada
sea tan aficionada
a palpar carne sin hueso.
—–
Entre dueñas y casadas
preguntan doncellas tiernas
qué es aqueso que, acostadas,
les meten entre las piernas:
es largo, liso, redondo
y con un horado al cabo,
y va, de zumo cargado,
a descargar en lo hondo.
—-
Es redondo, y de un metal
tan dulce para las damas
que dejan de ser doncellas
por él, y dentro un horado
tiene, y de fuera mil mellas.
Por éste un miembro humanal
se mete, y tan bien alcanza
que no le hiere la lanza
de un ojo, ni le hace mal.
——
Galanes, deciros quiero
palabras con que os holguéis:
que tenéis un ajuar
cuyo meter y sacar
por deporte le tenéis,
y con su vista sin cuento
a maravilla os holgáis.
El es redondo y sin centro,
y, para meterlo dentro,
con la mano lo tomáis.
—–
Una vieja arrugadita,
en el culo una tranquita.
Deja tu comentario