Reñían dos casados cierto un día,
de suerte que cualquier que los mirara
muy diferente cosa imaginara
de la que ser fue ocasión de su porfía:
que más le supo a él, ella decía;
él, que ella mucho más dello gustara.
El diablo la cuistión averiguara,
según uno con otro se avenía.
Dijo el marido, viéndose acosado:
“No me podéis al fin, mujer, negar
que más veces queréis que yo no quiero”.
“Hacéislo, dijo ella, al taimado:
que poco de la miel queréis gustar,
porque esté el apetito siempre entero”.
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Reñían dos casados cierto día,
de suerte que cualquier que los miraba
muy diferente causa imaginara
de la que fue ocasión de su porfía.
Que más le supo a él, ella decía;
él, que ella mucho más gustara;
el díablo la quistión averiguara,
según lo uno con lo otro se avenían.
Dice el marido viéndose acosado:
“No me podéis, mujer, negar,
que más veces queréis que yo lo quiero”.
“Hacéislo -dijo ella- de taimado,
que poco de la miel queréis gustar,
porque esté el apetito siempre entero”.
[Fuente: Roma. Biblioteca della Accademia dei Lincei. Ms. Corsini n. 970, ff. 180r-180v]
Otras fuentes, según BIPA (Philobiblon):
– Rávena. Classense. Ms. 263, f. 121.
– Madrid. Biblioteca Nacional de España. Ms. 22028, f. 31.
– Madrid. Biblioteca Nacional de España. Ms. 3915, f. 3v.
– Florencia. Biblioteca Nazionale. Ms. Magliabechiano, VII-354, ff. 265-265v.
– Madrid. Biblioteca Nacional de España. Ms. 3913, f. 35v.