¿Si hay quien dé limosna a un pobre,
si hay quien dé limosna a un pobre,
que, si no lo masca, no lo come?
Señora, dadme un poquito
deso que tenéis guardado,
a un pobre que no ha almorzado,
no por falta de apetito,
que algún día me vi ahíto
de lo que hoy me tiene a diente,
de carne cruda y caliente,
que es propio manjar del hombre.
¿Si hay quien dé limosna a un pobre,
que, si no lo masca, no lo come?
A las señoras doncellas
no les quiero decir nada,
que es dificultosa la entrada
si no se casan con ellas;
tras de las solteras bellas
me voy como moro a pasas.
Acaben, abran sus casas,
pues que no hay quien se lo estorbe.
¿Si hay quien dé limosna a un pobre,
que, si no lo masca, no lo come?
Mas por las casadas tiernas
peno y muero de contino,
que tienen hecho el camino
a las oscuras cavernas;
que saben abrir las piernas,
y hacen cierto cernido
sin que lo sepa el marido,
porque así se bate el cobre.
¿Si hay quien dé limosna a un pobre,
que, si no lo masca, no lo come?
Viudas de gallardo brío,
si a compasión os movéis,
por vuestra vida me deis,
en que envuelva un niño mío,
que se me muere de frío
y a ratos se me desmaya.
Metedle bajo la saya,
si queréis que calor cobre.
¿Si hay quien dé limosna a un pobre,
que, si no lo masca, no lo come?
Beatas caritativas,
las que estáis más recoletas,
que hacéis limosnas secretas
a escusa de vuestras tías,
es niño y de pocos días,
es alegre y juguetón,
y no dejará rincón
que quedito no lo escombre.
¿Sí hay quien dé limosna a un pobre,
que, si no lo masca, no lo come?
Deja tu comentario