D. Soy muy delicada.
G. Vida, que no es vicio,
aunque en ese oficio
poco ejercitada.
D. ¡Ay de mí, cuitada,
que viene muy tieso
¡No me haga eso,
que me hinca un güeso!
Para una adarga
es ese bohordo,
según es de gordo.
G. Y a mí se me carga,
cosa que le amarga,
que le tome en peso.
D. No me haga eso,
que me hinca un güeso.
… … … … …
Sepa que no quiero,
porque es como un acero.
G. Es como un diamante;
por que se levante,
le daré otro beso.
D. No me haga eso,
que me hinca un güeso.
Si yo lo supiera,
nunca me engañara
ni me descuidara
tanto que cayera;
empero, ¿quién creyera
que era tan travieso?
No me haga eso,
que me hinca un güeso.
G. Quedito, quedito,
piense que no duele.
D. Ahora, dele, dele.
Métalo un poquito,
puesto en el garlito,
hágalo estar preso.
No me haga eso,
que me hinca un güeso
Deja tu comentario