1
Todo el mundo está trocado,
sólo reina el recibir,
ya nos venden el vivir,
y vivimos de prestado;
el que tuviere un ducado
se verá grande en un día;
la balanza más vacía
subirá más fácilmente;
todo será diferente
y, si algo desto no fuere,
será lo que Dios quisiere.

2
Ya no hay cosa verdadera,
ni quien decilla presuma;
mil aves vuelan sin pluma,
y el sol da luz por vidriera;
las honras serán de cera,
y el oro será el calor;
cogeráse el fruto en flor,
los racimos en agraz,
y del que por bien de paz
a madurarse viniere,
será lo que Dios quisiere.

3
Los Clérigos deste año
son como de Iglesia griega,
que alguno hay dellos que riega
tres jardines  por un caño:
a sus gualdrapas de paño,
como la que trae mi mula,
les dará la noche bula,
para que entre dos cojines
vayan a rezar maitines,
y en la parte que esto fuere
será lo que Dios quisiere.

4
Algún Fraile que hizo voto
de pobreza y castidad
tendrá por honestidad
ser del sesto más devoto:
y con ver que no hay un coto
desde el nacer al morir,
querrá mandar, y subir
a grave Paternidad;
mas si su comunidad
no aprueba lo que él hiciere,
será lo que Dios quisiere.

5
La Monja en su religión,
es ya negocio notorio
que hace del locutorio
cátedra de oposición;
llegará a oír su lección
el ignorante y el sabio,
ofreciendo de ordinario,
porque con cuatro rosquillas
obran dos mil maravillas;
mas del que en ellas creyere
será lo que Dios quisiere.

6
Del Mercader y Escribano
será lo mismo que ha sido,
que el menos pobre y perdido
va al infierno más temprano;
téngalos Dios de su mano,
y el viernes de la Pasión
les dé quien por un doblón
se arroje, y que pierda el miedo;
mas decir seguro puedo
que del que los absolviere
será lo que Dios quisiere.

7
Que habrá gran copia imagino
de Médicos y Letrados,
los más dellos graduados
por un Conde Palatino;
con la fe de un pergamino
destruirán media Castilla,
uno en mula y otro en silla,
y cuando el más docto emprenda
vuestra vida o vuestra hacienda,
o mejor con vos lo hiciere,
será lo que Dios quisiere.

8
De las de saya o monjil,
si ya no fuere en la cuna,
no se hallará virgen una
después de las once mil;
no les dieron de marfil
muros a su honestidad;
y así tengo por verdad
que de la madre o la hija,
que recibe la sortija
o el juguete recibiere,
será lo que Dios quisiere.

9
De las casadas recelo,
por lo que ven mis sentidos,
que hay pocas que a sus maridos
no los pongan en el cielo:
es ya el natural anzuelo
el presente y la visita,
y a todas el miedo quita
un anascote, y la vieja
que en empanada las deja,
con ver que, si se supiere,
será lo que Dios quisiere.

10
De viuda que mucho llora
jamás me enterneció el llanto,
porque sé bien que otro tanto
sabrá alegrarse a deshora:
pocas habrá desde agora
que, después de echar las llaves,
estén tristes o estén graves,