Yo me era Periquito de Embera,
yo me era Periquito de Embón.
Dende el día que nací
fui juguete y juguetón,
con las niñas Periquito,
con las mozas Pericón.
Yo me era Periquito de Embera,
yo me era Periquito de Embón.
Y agora que soy ya Pedro
y las más casadas son,
de cuantas alas tenía
no me ha quedado cañón.
Yo me era Periquito de Embera,
yo me era Periquito de Embón.
Jugaba siempre con ellas
al juego del abejón:
dábales yo entre las piernas
y ellas a mí pescozón.
Yo me era Periquito de Embera,
yo me era Periquito de Embón.
Y una vez al ascondite,
por meterme en un rincón,
a la más hermosa hice
en la barriga un chichón.
Yo me era Periquito de Embera,
yo me era Periquito de Embón.
Despediérame mi amo,
porque en un camaranchón;
me halló con mi señora
sacudiéndola un colchón.
Yo me era Periquito de Embera,
yo me era Periquito de Embón.
Pusiérame a jubetero
para cortar un jubón,
y después a boticario
por tañer el esquilón.
Yo me era Periquito de Embera,
yo me era Periquito de Embón.
A todas daba recado
con muy buena condición;
todo les daba barato
y de balde el diaquilón.
Yo me era Periquito de Embera,
yo me era Periquito de Embón.
No vide bote cerrado
ni redoma con tapón,
y del aceite de almendras
siempre abierto el botijón.
Yo me era Periquito de Embera,
yo me era Periquito de Embón.
El Diccionario de autoridades explica en qué consiste el “juego del abejón”:
Juego del abejón. Llámase assi el juego de que usa la gente rústica por entretenimiento, y se executa entre tres personas puestas en hiléra. El que está en medio abierto de piernas, y juntas las manos, moviendose à un lado y otro, hace un ruído con la boca al modo del del abejón: amaga à uno de los dos que están à los lados, que le esperan con un brazo levantado, y la mano del otro puesta en la mexilla, y dá al que se descuida un golpe en la mano que tiene puesta en el carrillo: y si no hurta, y aparta tan presto el cuerpo, recibe otro del que le está esperando.
Jugar con alguno al abejón. Modo de hablar, con que se dá à entender, que le tienen en poco, le desprecian, y se burlan de él. Covarr. en la palabra abejón. El juego es ordinario, como lo es tambien un modo de decir que juegan con alguno al abejón
NO es con la mano precisamente con los que golpea entre las piernas de las muchachas este Periquito de Embera, que ha crecido para convertirse en Pedro. Es curioso porque Pedro es el nombre con el que en varios textos aparece nombrado el pene, en una caso de personificación que guarda sintonía con otras formas de referencia tales como, mi “mejor amigo”, “mi hermano”.