Estamos sin duda ante un texto dramático, con sus personajes, diálogos y didascalias. Lo que debemos tratar de esclarecer es de qué tipo de pieza teatral se trata. Si nos fijamos en la extensión, 812 versos con tendencia al romance, podemos saber que estamos ante un género menor. Los géneros menores en el teatro del XVIII son en su mayor parte piezas heredadas en formato y temas de las de los siglos áureos, con ligeras modificaciones de la época. Es evidente, tanto por la temática como por la extensión y la ausencia de motivos musicales, que no estamos ante un tipo de pieza como una loa, un baile, una folia o una jácara4. Las piezas teatrales que mejor encajan con nuestra obra son la mojiganga, el entremés y el sainete. Y puede tener que ver con el progresivo aumento de extensión dramática de estos géneros menores que se produjo durante los siglos XVII y XVIII.