EPITAFIO A UNA RAMERA ENTERRADA EN EL SEPULCRO DE UN ASTRÓLOGO
Aquí estoy, caminante, en competencia
del más perito en la confusa ciencia.
Flora fui interesal cuanto lasciva,
este un Atlante en qu[e] en el cielo estriba.
Si él alzó al sol figuras,
yo muchas a la sombra, y más a escuras;
cuando él en relación signos conoce,
símbolo fue mi vida de los doce.
Hice papel de Virgo veinte veces,
nadaron en mi acuario varios peces.
Del Géminis retrato
pasé lo más del tiempo, en cuyo trato
a tres maridos de quien fui tesoro
convertí en Aries, Capricornio y Toro,
si un peso diçe Libra, en muchos pesos
sisé la caña a quien royó mis huesos.
En infausto suceso y adversario
parecí en un jumento Sagitario;
león de todas presas,
así despaché humildes como gruesas.
Fui con aspecto fiero
venenoso escorpión al sin dinero,
y puso en lo mejor de estos engaños
gálico cáncer término a mis años.
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