De su esposo Pingarrón
un Minguillo por detrás,
parió Marina en Orgaz
y fue muy buena ynbención.
Al batismo se juntaron
con gestos de mill colores
todos aquellos señores
que al nacimiento se allaron;
apenas llegaron
quando el padre -con la madre,
la madrina y el compadre,
al son de muchos clarines
baylaron los matachines
sin camisa y en jubón
y fue muy buena ynbención.
Vino desde tierras lueñas,
en camisa y con çamarro,
fray Príapo sobre un carro
que tiravan seis cigüeñas,
y dos dueñas,
Juana y Luisa – con mucha risa
alçándole la camisa,
y el padre Buenaventura
cantándoles por natura
la simple fornicación
y fue muy buena ynbención.
Salió tirando reveses
una amaçona preñada,
malpariendo de cansada
quatro perros yrlandeses,
dos valdeses,
un rrey mago – y un quartago,
y un maestre de Santiago
en ombros de dos paganos,
y en chapines valencianos
los condes de Carrión.
Y fue muy buena ynbención
Según Iglesias Ovejero, “« Salió tirando reveses / una amaçona preñada, / malpariendo de cansada / quatro perros yrlandeses… » presenta una particularidad que no será ocioso traer aquí a colación, porque parece reminiscencia de un extraordinario embarazo y parto múltiples que tiene alguna semejanza con el de la mujer del Peropando. Efectivamente, estos versos parecen referirse a una leyenda atribuida en la España de los Siglos de Oro a una reina de Irlanda (atribución errónea, porque en las versiones extranjeras y más cabales de la leyenda hacían protagonista a Margarita de Holanda) que parió centenares de hijos del modo que refier(Iglesias Ovejero, Ángel, “El árbol paremiológico de san Pedro”, Anuari de Filologia. Estudis de lingüística, 5, 2015, pág. 13, n. 20)