Fue Teresa a su majuelo
la víspera del disanto
con Olalla su vecina,
hija de Pedro Gaurancho,
donde estuvieron a solas
y merendaron despacio
unos nuégados de arrope,
que a Teresa empresentaron.
Después de haberlos comido,
andándose paseando,
cogiendo unas hierbezuelas
de las que cogen por mayo;
la ventura de Teresa
fue encontrarse con un nabo,
reduejo, por su ventura,
de muchos que habían sembrado.
Apenas lo vido estar cuando,
las hierbas soltando,
le asió de las verdes hojas
para poder arrancarlo.
Tal fuerza puso Teresa,
y tanto estuvo tirando,
que vino a caer de espaldas
con el nabo entre las manos.
Doliole bien la caída,
mas, contenta de sacarlo,
antes que se levantase,
le dice aquestos regalos:
-¡Oh nabo de mi contentó,
bendito el que os ha criado,
y bien haya la simiente
de que fuistes engendrado!
Echaros he en mi puchero,
entero y sin quebrantaros,
y para que no os peguéis,
procuraré menearos.
No quiero para mi olla
más especies ni recados;
sólo, para daros gusto,
os echaré dos garbanzos.
Y para que florezcáis
os iré yo regalando,
y os regaré algunas veces
con el agua de mi caño.
En aquesto llegó Olalla
y, entendiendo ser desmayo
el que le hizo a Teresa
caer de su propio estado,
el dedo del corazón
reciamente le ha apretado.
-Suéltame-, la dice, y luego
cantó estos versos al nabo:
“Olalla, no hay medicina
que me dé mayor consuelo
como el nabo de mi majuelo.
Él es mi quitapesares,
él es el que me pone brío,
es amparo de mi frío,
es tono de mis cantares.
Búscale cuando enfermares,
que no ha y tal cura en el suelo
como el nabo de mi majuelo,
como el nabo de mi majuelo”.
Fue Teresa a su majuelo
INFORMACIÓN
Fuente/s: Ms. 3.985 de la Biblioteca Nacional de Madrid (f. 97v)
Léxico: arrancar, asir, caer de espaldas, caída, florecer, garbanzos, majuelo, menear, nabo, olla, puchero, quitapesares, regar
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