LETRA
Fuese la vieja al molino.
¡Tal vengáis como ella vino!
Íbase la vieja honrada,
un lunes de madrugada,
al molino fatigada
a moler el su trigo.
¡Tal vengáis como ella vino!
Halló el molino cerrado
y grandes voces ha dado:
“¡Socorred, señor honrado!
¡Qué se me ahoga el rocino!”.
¡Tal vengáis como ella vino!
Abrió presto el molinero
y díjole: “Por vos muero.
Y aunque no tengáis dinero,
moliremos el trigo”.
¡Tal vengáis como ella vino!
La vieja le dijo: “Amigo,
escuche lo que le digo:
más abajo del ombligo
está hecho el camino”.
¡Tal vengáis como ella vino!
El molinero no acierta
y la vieja lo concierta,
y se lo pone a la puerta
juntico del mohíno.
¡Tal vengáis como ella vino!
El molinero aprietó
y dentro se lo metió.
Y cuando el dulce llegó,
quedaron fuera de tino.
¡Tal vengáis como ella vino!
Levantose algo cansado
y comieron un bocado.
Y ella dijo: “Hombre honrado,
deme otra vez ese pepino”.
¡Tal vengáis como ella vino!
Sentáronse junto al fuego
y el calor se le alzó luego.
Díjole la vieja: “Diego,
cómo eres repentino”.
¡Tal vengáis como ella vino!
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