CANCIÓN
—No se usa sino cuernos,
mujer mía.
Decí cómo me los pondría
de fantasía.
—Marido, yo’s los pondré
y vos mesmo podés vello,
yo’s los echaré al cuello
o yo muy poco podré.
—Haréis en mí gran remedio,
mujer mía.
Decí cómo me los pondría
de fantasía.
—Decí cómo.
—Si los viésedes, mujer,
cuán hermosos que pareçen,
de aquellos que reverdeçen,
que mirallos es placer.
D’esos me quiero poner,
mujer mía.
Decí cómo me los pondría
de fantasía.
—Marido, no tengáis pena
y os pondré muy gentilhombre,
de los que llaman por nombre
cornualla y buena estrena.
—Deos Dios dicha muy buena,
mujer mía.
Decí cómo me los pondría
de fantasía.
—Marido, qué me darás
que os nazcan en la cabeza
dos astas en una pieça
o sino de tres en tres?
—Muy gran placer me harás,
mujer mía.
Decí cómo me los pondría
de fantasía.
—Quiero ser de los dichosos.
Haceldo vos, mi señora.
—Seldo mucho den buen ora:
yo’s los pongo muy hermosos.
—Ya soy de los venturosos,
mujer mía,
decí cómo me los pondría
de fantasía.
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