Perdóneme por su vida

Perdóneme por su vida,
señora Dona Fulana,
si con esta carta mía
le doy respuesta a su carta,
que, aunque corta, es compendiosa,
y en solas cuatro palabras
yo quedaré satisfecho,
y vuestra merced pagada.
Díceme que venga luego
para ordenar la crianza
del nuevo recién nacido
mayorazgo de mi casa.
¡Por dios que el despacho es bueno!
Mas la conclusion no agrada;
porque la menor no vale
cuando la mayor es falsa.
Sepa un poco mas de escuelas,
pues ha tratado sotanas;
que no es este error comun,
para que derecho haga.
El error es solo suyo,
aunque de muchos la causa;
que viniera a ser bien rica,
a haber de pagar prorata.
Cuando jugámos en uno,
hizo no sé cuántas chazas;
pero saqué la traviesa,
porque hizo adrede mil faltas.
jamá a dos estuvimos,
que siempre a muchos estaba;
despues jugó mil partidas
cuando por mí no iba nada.
Envidela con mi cuerpo,
y ella quiso con el alma;
entrola el oro, y quedeme
con el envite y sin blanca;
y para mayor alivio,
si dió en jugar las cargadas,
¿Por qué haciendo yo tan pocas,
me quiere echar la ganancia?
De quien la cargó se queje,
y le acomode la carga;
que no pago yo la polla,
haciendo tan pocas bazas.
basta que sudé mil veces
en el camino de Francia,
dándome primero mate
con un caballo a las tablas,
y que tuvo mi puntero,
cuando mis partes juntaba,
aunque le torné a sacar
por ver que juntaba tantas.
Acuérdese que en mi tiempo
sus pretendientes andaban
como arcaduces de noria,
que unos suben y otros bajan;
pues entre tantos, mi reina,
que traen agua y suben agua,
muy mal se puede saber
cuál de ellos ha henchido el arca.
así que, este mayorazgo
muy sin razón me lo achaca,
pues fue cual cepo de iglesia
que recoge inciertas mandas.
Desista de sus pasiones,
y déjeme con mis ansias;
que nunca cierra el pestillo,
si no viene a la cerraja.
vaya a los participantes,
que yo no le debo nada,
después que, siendo estudiante,
me volvió conde de Cabra.
Encaje el título en otro,
que en ella encajó sus jarcias;
que para sacar la suya,
y soy muy mal saca-manchas.
y con esto, adiós y leva,
que si ella estuvo en mal alta,
yo quiero, con su licencia,
decirla a mi bolsa: “Amaina”.

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2020-02-12T19:51:04+00:00

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