CUERNOS DE TOROS, CABRAS Y VENADOS
Ruego a Dios, en quien adoro,
si castigo en mí ha de hacer,
muera yo en cuernos de un toro,
y no puestos por mujer.
GLOSA
Quien gusta de ser ligado
con mujer, mar de mudanza,
quien quiere ser engañado,
quien temor l[e] es dulce holganza,
mil años viva casado.
Quien quisiere eterno lloro
ver y vuelto en polvo el oro
y mil muertes que conbaten,
al tal mujeres le maten;
ruego a Dios, en quien adoro.
Veo y contenplo un temor
que ausente el casado pasa,
de si se pierde su honor
o, si cuando vuelve a casa,
hallará otro poseedor.
¡Ay ocasión, honra y ser,
hay ganancioso perder!
A Dios ruego quiera darme
muerte fuera de casarme,
si castigo en mí ha de hacer.
Si gustar tal me conviene,
porque en clima tal nací,
que a ser manso me conviene,
ruego a Dios que me despene,
en mudallo y sea ansí;
que fuera de donde moro,
guardando al fin el decoro,
no en patria, mas entre ajenos,
venga mi fin o, a lo menos,
muera yo en cuernos de un toro.
Dichosos podrán llamarse
cuernos que el vivir desatan,
y vidas dos mil nombrarse,
y por mil muertes contarse
los de hembra que, al fin, matan.
Vida es el tal fenecer,
mil cuernos sienta tener
de toros, cabras, venados
ante my puerta colgados
y no puestos por mujer.
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