Tendido está de lomos cual galera
en el mar de una blanda y dulce cama,
puesto el timón a punto, que quien ama
si aquesto no hace bien todo es quimera.
A remo y vela parte a la ligera,
que es el viento de amor el que lo inflama,
y deseoso de gozar su dama
afondó aquella noche en su ribera.
El cañón de la crujía se dispara,
y al descargar las perlas que traía,
quedó la nave de sus ojos rota.
Ella le dijo aquesto: “Vida mía,
si con dar a la bomba se repara,
aunque trabaje yo, no quede gota”.
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