[A Mur]
Dices, Mur, que entre las gentes
quieres tener libertad,
y tu vil commodidad
dice en mi casa que mientes.
Mas si a pesar de tus dientes
quieres ser libre, podrás,
sí, por un platillo más
que en cas de don Juan se pierde.
Con el vil carnero verde
te contentas en tu casa,
donde el rábano y la pasa
sin competidor se muerde.
Si el vino zambolotudo,
que llama zupia el picaño,
doma tu sed todo el año
en el más barato embudo;
si del ginovés agudo
pue[de]s reír los potajes,
[f. 213] la vajilla y los menajes;
si se contenta tu vida
con una capa raída
de las del tiempo de Agrajes;
si la plebeya lujuria,
pasto barato del bravo,
con un duplicado ochavo,
sabe vencer tu penuria,
la vanidad es injuria
de la bolsa en el pecar:
más barato es más gozar:
menos dinero es más gusto:
que el pagar primero es susto
del beso y del cabalgar.
Si no puedes en tu casa
entrar el cuerpo derecho,
pues cuanto es más bajo el techo
más bien la virtud lo pasa;
si te sabes poner tasa
en los aparentes bienes,
y si tanta fuerza tienes
de discurso y de razón,
más libre serás que son
los príncipes y los reyes;
pues quien vive con sus leyes
ignora la sujeción.
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