Alega un marido sufrido sus títulos en competencia de otro Romance
Echando verbos y nombres,
a fuer de vocabulario,
se zampó en cas de la Morra
Mojagón a puntillazos.
Chismáronle que don Lesmes,
aquel muchísimo hidalgo,
que come de sopa en sopa
y bebe de ramo en ramo,
después que le sucedió
un jueguecillo de manos,
cuando a Currasco, en el truco,
quedó a deber un sopapo,
la pedía por esposa
para mejorar de trastos,
y ser atril de San Lucas,
siendo el toro de San Marcos.
Mojagón, hecho de hieles,
como quien era su amargo,
reventando de marido,
los halló juntos a entrambos.
El vino lleva a traspiés,
la espada lleva a trasmano;
y desbebiendo los ojos
lo que chuparon los labios,
vio en el estrado su hembra
con guardainfante plenario,
de los que llaman las ingles
guarda infantes y caballos.
Don Lesmes, que en una silla
la estaba marideando,
al ruido se levantó
con olor de sobresalto.
Amurcóle Mojagón
con jarameños mostachos;
y viene y toma, y luego hizo
una de todos los diablos.
Dio con él, de un empellón,
de buces detrás de un banco.
“No chiste -la dijo a ella-,
que en el chiste vengo a darlos.
“¿No ha tres años que me tratas?
¿Puedes escoger velado
que me iguale, aunque le busques
un siglo a moco de Rastro?
“¿No cubre aqueste sombrero
todas la reses del Pardo?
¿No doy cristal a linternas?
¿No doy a cuchillos cabos?
“¿Hasme visto tener celos,
ni por sueños ni burlando?
¿Dióseme jamás un cuerno
de que se me diesen tantos?
“Las veces que es menester,
¿no tengo el sueño en la mano?
¿Hame faltado modorra
en yendo el retozo largo?
“¿No amurcan, como unos toros,
aun las liendres en mis cascos?
¿No me has visto hacer el buz
porque nos hagan el gasto?
“Yo no veo lo que miro;
yo no digo lo que hablo.
¿Dicen cosa que no crea?
¿Veo bultos que no trago?
“¿Abro puerta sin toser,
y sin decir: “Yo soy c’abro”?
¿He dicho esta boca es mía,
aun siendo ajenos los platos?
“De moños de Medellín,
si me peino o si me rapo,
socorro abundantemente
a muchos esposos calvos.
“Sobre las leyes de Toro
se alegan mis cartapacios,
tanto como Antonio Gómez,
aunque en diferentes casos.
“Para abrir el apetito,
es mi coram vobis barro?
Que hay maridillo que da
a los adúlteros asco.
“Pobre soy; mas todavía
tengo alguna hacienda a cargo,
y un vínculo excomunionis,
a falta de mayorazgos.
“Demando para mí mismo,
con reverendas de Añasco,
comadre de maletones,
a quien anticipo el parto.
“Yo tengo, aunque no son muchos,
bienes raíces y ramos;
las viñas en las tabernas,
las vendimias en el trago;
“pocas, mas buenas alhajas;
horma para los zapatos,
bigotera de gamuza,
golilla de chicha y nabo.
“Arca es cosa de Noé
del diluvio que yo aguardo;
que, enjuto, me sacará
una talega de trapos.
“Éste es marido bonete,
pocos cuernos y de paño:
quien sabe lo que se cuerna,
es todo tela y damascos.
“Visite sin almohadas
gente de estera de esparto:
sepa que, sin gradüarse,
no puede hablar en estrados.
“En arras te quiero dar
dos mozuelos mejicanos,
que te cubrirán de pesos,
aunque se los hagas falsos.
“Venga en volandas el cura;
habrá boda como el brazo:
váyase a casar don Lesmes
con la moza de Pilatos;
“que no le puede faltar,
por la parte de su amo,
el dote al diablo; y, si vaca,
una barrena en los pasos.”
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