Entre 1570 y 1580 aflora en Salamanca una literatura y una poesía de marcados tintes eróticos, en la que se inscriben cuatro novelas en versos (la Novela del cordero, la Novela de las madejas, la Novela de la mujer de Gil y El sueño de la viuda de Aragón), que desde siempre plantearon un problema en relación a su autoría. Todas se inscriben en una escritura carnavalesca, que tiene como finalidad principal divertir y subvertir el paradigma petrarquista, aunque solo fuera en términos estéticos. Cristóbal de Tamariz y fray Melchor de la Serna se disputan la paternidad de estos textos.
El trabajo presente intenta mediar en el debate desde la perspectiva de la estilometría.
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